lunes, 13 de septiembre de 2010

ESCUELA SUECA, ALEMANA Y FRANCESA.

ESCUELA SUECA.
se caracteriza por una concepción anatómica, biológica y correctiva de la gimnástica, fundamentada en los dogmas y principios científicos que fueron incorporados por él al sistema educativo (y por extensión a la concepción gimnástica). Su "gimnasia" estaba ideada para contribuir a una educación integral del niño desde el desarrollo anatomofisiológico del sujeto; para preparar al soldado ante la guerra y para desarrollar el sentido estético a través de un fortalecimiento corporal y de la corrección de los defectos físicos. P.H. Ling desarrolló aparatos gimnásticos como la barra fija, las anillas, las escaleras oscilantes o la soga para trepar.


El método sueco busca un modelo de salud corporal a través de la gimnasia, con ejercicios analíticos, localizados en un núcleo articular específico y cuyas características fundamentales son artificialidad, construcción, determinación de las fases de ejecución en posición de partida, desarrollo y fin, excesivo estatismo, orden y utilización de voces de mando. A pesar de estos elementos se cree que la gimnasia sueca es un método muy simple atribuido en parte a la pobreza y aislamiento en que habían vivido los suecos a mediados del siglo XIX.


Los ejercicios eran clasificados en tres bloques:


Introducción: ejercicios de orden.
Ejercicios fundamentales A: brazos, piernas y tronco.
Ejercicios fundamentales B: saltos, trepas y destrezas.


Otras de las características importantes de la Escuela Sueca se identifican con la no existencia de niveles de ejecución diferenciados, el concepto de competición en las prácticas fue relegado por el de ayuda de los miembros más aventajados en las clases para con los menos dotados y distanciamiento respecto a la necesidad de evaluar las aptitudes individuales o la vistosidad de las ejecuciones, ya que, como hemos dicho anteriormente, la concepción gimnástica de la Escuela Sueca se aproximó siempre hacia el fomento de la salud colectiva. Sólo la tenacidad de los atletas y los métodos más científicos y competitivos emergentes en Alemania lograrían a lo largo del siglo XX hacer de la gimnasia un deporte olímpico.




ESCUELA ALEMANA.
Se orienta hacia la construcción de ejercicios con fines educativos y curativos.
supone una superación del juego motor que se ve suplantado por ejercicios regulares prescritos por los educadores físicos de la época bajo unos cánones de ejecución cerrados, y en base a unos tiempos y a unos lugares sistemáticamente ideados y matemáticamente controlados. En todo momento se persigue alcanzar un rendimiento motor en las acciones.
La delimitación racional del espacio, el tiempo, la actuación y los aparatos queda patente en los campos deportivos de Berlín donde podían verse bosques de postes, cuerdas, pesas y barras para colgarse, estirarse, saltar o trepar en los que los alumnos debían rendir al máximo para superar determinadas marcas estadísticas. Este modelo de práctica ha contribuido directamente a la aparición de la gimnasia deportiva actual.


ESCUELA FRANCESA.


La Escuela Francesa tiene dos manifestaciones, las cuales se apoyan en estudios científicos y en una concepción alternativa de la vida:


Manifestación científica
Representada por Esteban Marey y Fernand Lagrange. Se llevan a cabo importantes estudios en los que se analizan los efectos del deporte sobre el organismo, teorías sobre la fatiga y se establece una relación entre el deporte y la influencia sobre la inteligencia y el carácter del individuo.


Manifestación Técnico-Pedagógica


Su máximo exponente lo encontramos en George Hebert, quien tras observar las costumbres que incidían positivamente en la forma física de los pueblos primitivos y en oposición al método analítico y artificial sueco, propone una vida al aire libre en la que los ejercicios físicos deben tener un carácter natural, entendido como algo no artificial (en el medio natural), pero sí utilitario (para el desarrollo físico integral del individuo), sin distinción entre hombres y mujeres y con carácter recreativo. Es lo que hoy se conoce como Método Natural, el cual se fundamenta en la utilización de gestos propios de nuestra especie para adquirir el desarrollo completo del individuo, dejando hacer a la naturaleza. Su idea contraria al sistema analítico sueco se basa en que los movimientos que proporcionan fortaleza al organismo son aquéllos que se realizan en la naturaleza, de forma "espontánea", como correr, lanzar, saltar,...
G. Hebert hace una clasificación de los ejercicios físicos y los agrupa en 10 categorías. De mayor a menor importancia serían:
Desplazamientos simples: marcha, carrera y salto.
Desplazamientos complejos: cuadrupedia, trepa, defensa, equilibrio y transporte.
Recreación: baile y acrobacias.
Todo ello es realizado preferentemente en un entorno natural, siguiendo un control de la intensidad de trabajo que no debe sobrepasar la capacidad máxima del individuo. Para ello divide la clase en tres niveles (fuertes, medianos y débiles) realizando el trabajo en oleadas (organización "plateau").
También propone una individualización de la enseñanza a partir del conocimiento de las posibilidades del sujeto y del uso de ejercicios específicos de tipo utilitario de carácter alegre y recreativo.
Tanto la manifestación científica como la manifestación técnico-pedagógica se ven superpuestas en el Eclecticismo de George Demeny, quien desarrolla una concepción de Educación Física vinculada a la mejora de la salud, la belleza corporal, la agilidad y las cualidades volitivas del hombre, aplicando los avances de las ciencias biológicas a los problemas de la Educación Física. Demeny completó la obra de su colega Hebert añadiendo en 1914 un anexo sobre la Educación Física femenina que fue incluido más tarde en las escuelas públicas francesas.

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